26 abril, 2024

Introducción

El objetivo de este trabajo consiste en brindar un breve análisis acerca del modelo agroexportador y señalar, básicamente, los antecedentes, las características, su evolución y las consecuencias que hubo. Antes es necesario decir que un modelo agroexportador es un modelo consistente en la producción de productos agrícolas cuya finalidad es principalmente la exportación (Envío de bienes y servicios a un territorio aduanero extranjero para su comercialización). El mismo, guarda relación con países con una alta competitividad en la producción de productos primarios, como por ejemplo Argentina.

Desarrollo

En el año 1880, Argentina se incorporó definitivamente al mercado mundial, basado en los principios del librecambio. El mismo, poseía uno de sus polos en Gran Bretaña, y el otro, en la mayoría de los países periféricos.
Con respecto al librecambio, su reinado se extendió entre la eliminación del proteccionismo británico en 1846 y la “Gran Depresión”, la primera crisis general del capitalismo, que va de 1873 a 1896. Ello implicó una importante caída de los precios principalmente en productos primarios, para recuperarse a partir de 1896, lo que explica el “boom” económico de muchos países agroexportadores.

Particularmente, Gran Bretaña reemplaza las exportaciones que antes provenían de los Estados Unidos acelerando la incorporación al mercado mundial de nuevos países proveedores, como la Argentina. Para estos países, la inserción en los mercados mundiales asumía características de una relación “asimétrica”. Los ciclos económicos de las economías periféricas estaban subordinados a los de los países desarrollados, lo que impedía el propio manejo de los instrumentos económicos y financieros, llamado “coyuntura inversa”.

La economía estaba basada en la “pampa húmeda”, productora de cueros y carnes saladas para exportación. En este periodo 1852-1880, llamado “transición”, se establecen las bases político-institucionales y económicas del proceso. Desde la sanción de la Constitución Nacional en 1853, el país empezó a darse el marco institucional y la estructura política propia de un Estado nacional. También en esta época surgen las ideas que darán forma al “proyecto del 80”. Quienes dieron forma a dicho proyecto conformaron la “generación del 80” (políticos, intelectuales, empresarios, comerciantes y militares identificados con el librecambio) y aseguraban que Argentina poseía recursos naturales para asegurar crecimiento económico sostenido, pero carecía de mano de obra y capitales. Y además, debía insertarse en el mercado mundial a través de la especialización en actividades agrícola-ganaderas donde contaba con “ventajas comparativas naturales” y establecer una economía complementaria con Gran Bretaña.

El modelo fue abierto, dependiente y vulnerable. Se adoptó el librecambio que impuso una apertura general de la economía y desalentó la actividad manufacturera e industrial. El endeudamiento internacional se agravaba por la asimetría cada vez mayor del comercio internacional. Argentina exportaba productos de escaso valor agregado, a excepción de la carne enfriada, mientras las importaciones eran cada vez de mayor valor. Esta debilidad, se manifiesta a través de la “coyuntura inversa”, ya que las etapas de crecimiento económico de los países industrializados coincidían con las de Argentina, mientras que las recesiones de esas economías generaban las crisis del modelo.
Además, el modelo carecía de mecanismos de compensación: el modelo estaba basado en el librecambio, por tanto, el Estado sólo debía proteger la libertad económica y proteger la entrada de capitales extranjeros.

Los sectores productivos: agropecuario y manufacturero

  1. a) Sector agropecuario:

El modelo se basó en producción agropecuaria para exportación, lo cual fue el “elemento dinámico de desarrollo económico del período”.

A su vez se diferenciaban dos zonas productivas: la zona pampeana (también denominada “pampa húmeda” mencionada anteriormente) cuya producción se destinaba mayormente al mercado externo, y la zona extra-pampeana, cuya producción, se destinaba al mercado local.

En la década de 1920/1930, la zona extra-pampeana comenzó a producir insumos industriales (algodón en Chaco, yerba mate en Misiones, frutas en Río Negro, etc.).

  1. b) Sector manufacturero:

Antes de 1880 este sector se relacionaba con los saladeros y graserías cercanas al puerto de Buenos Aires, y con actividades artesanales (particularmente textiles) en algunas zonas del interior. Pero al implementarse el “proyecto del 80”, las anteriores actividades fueron desapareciendo y surgieron actividades industriales ligadas al frigorífico y a consumo básico (industria alimenticia) y pequeñas industrias ligadas a la producción de calzados, muebles, bebidas alcohólicas, cigarrillos, etc.

Las actividades principales eran las relacionadas con azúcar y vino (Tucumán y Mendoza) que tenían protección arancelaria y demás resoluciones.

La Ley de Aduanas amparaba a las denominadas “industrias naturales”, cuya justificación económica resultaba del uso de insumos nacionales.
Por entonces, las actividades manufactureras constituían en pequeñas industrias de escasa mecanización que fueron evolucionando con el crecimiento demográfico y tuvieron una importante transformación durante la 1° Guerra Mundial (breve proceso de sustitución de importaciones). Por otra parte, las modificaciones de la ley arancelaria de 1920/1923, permitieron la radicación de modernas empresas multinacionales.

Los rubros alcanzados por las inversiones extranjeras más destacados fueron:

  • Los ferrocarriles:
    la política ferroviaria consolidó el modelo agroexportador con una red de vías que confluían en el Puerto de Buenos Aires para garantizar el transporte rápido y barato de productos exportables.
  • Los frigoríficos:
    Fue a principios del SXX cuando se instalaron capitales ingleses abriendo frigoríficos e introduciendo técnicas modernas y un interés en el comercio internacional de la carne. En 1907 se radicó en Argentina el “Trust de Chicago” e introdujo la técnica del enfriado que garantizaba el valor nutritivo de la carne hasta por 40 días.
    En Argentina, el sector ganadero tuvo escaso interés en la producción frigorífica y no se incorporó para evitar el riesgo empresario.
    Los gobiernos, por su parte, estimularon la instalación de frigoríficos extranjeros con rebajas de impuestos y subsidios.
  • Inversiones industriales:
    En la década de 1920/1930, la inversión extranjera recibió un nuevo impulso.
    El gobierno nacional presentaba graves problemas fiscales por lo que en 1920/23 se decidió incrementar los aranceles aduaneros, y los proveedores norteamericanos decidieron sustituir exportaciones y abastecer el mercado interno con producción.

COMERCIO EXTERIOR
El comercio exterior fue el exponente representativo del modelo agro-exportador. La integración al mercado mundial se basó en la “división internacional del trabajo”.

Las exportaciones agrícolas se destinaban a Europa, a Estados Unidos, y a Gran Bretaña en particular, quien además era cliente exclusivo de la carne enfriada. Argentina y Gran Bretaña establecieron una relación bilateral de “complementación económica subordinada”.
Respecto a las importaciones, se pueden diferenciar las décadas 1870/1880 y 1880/1890. En la primera se verifica un fuerte déficit de la balanza de pagos ya que el 90% de las importaciones consistían en bienes de consumo final, y en la segunda se verifica una recuperación en la balanza comercial, siendo la mayor parte de las importaciones bienes de capital e insumos.
A fines de la 1° Guerra Mundial, y con la irrupción de los Estados Unidos como potencia, se modificó esa simple relación bilateral que Argentina poseía con Gran Bretaña. Y durante la década de 1920/1930 se implementó un esquema de comercio triangular (anglo-argentino-norteamericano). Ambas potencias, una emergente y la otra decadente, se disputaban atender el mercado argentino y buscaban desplazarse mutuamente. Por entonces el dilema argentino consistía en:
– continuar la relación con un socio en decadencia, cuya economía era de complementación económica;
– o iniciar una vinculación con un socio emergente, cuya economía era de competencia.

CONSECUENCIAS

El comportamiento de la economía estuvo condicionado por dos factores:

1) Las exportaciones agropecuarias
El volumen y el precio de los productos agropecuarios, y por ende su comercialización, dependían de la demanda externa, que a su vez estaba condicionada por las fluctuaciones económicas de los principales países. Esto, condicionó el desarrollo económico y social del país. Además, las limitaciones del modelo agro-exportador radicaban en la falta de mecanismos de compensación económica y en la ausencia de una política activa por parte del Estado Nacional para interferir en los mecanismos de mercado.

2) El endeudamiento externo
El endeudamiento potenciaba los problemas fiscales, mientras los requisitos impuestos por los acreedores condicionaron las políticas económicas, y los créditos que debían servir para reemplazar la falta de capital para el desarrollo, se convirtieron en una traba mayor.
La forma en que fueron contraídos los préstamos disparó especulaciones que llevaron al desencadenamiento de crisis monetarias, fiscales y de balance de pagos, como en 1873, 1885 y 1890.

Conclusión

En el modelo agroexportador tuvo vital importancia las ventajas comparativas y la división internacional del trabajo para definir un modelo basado en la exportación de bienes primarios. Durante el Modelo sustitutivo de importaciones las desventajas comparativas, el proteccionismo, la industrialización, el mercado interno y la dirección estatal de las actividades productivas marcaron el rumbo de la producción. Este modelo aprovecho un elemento esencial  que son las ventajas comparativas.

Para estudiar un fenómeno como el desarrollo económico a través del tiempo, no es suficiente con analizar qué es lo que sucede hacia el interior del sistema económico sin considerar lo que está sucediendo en otras esferas, sobre todo el sistema político y el sistema social. Si así fuera, se estarían excluyendo elementos de un peso considerable a la hora de explicar un hecho social como es el desarrollo.

Necesariamente el análisis histórico de los hechos sociales debe contemplar variables que exceden el campo de estudio de la economía y que requieren un enfoque multidisciplinario que brinde una perspectiva más amplia de los acontecimientos.

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