29 marzo, 2024

Alumna: Georges, Elizabeth

El turismo en Rumania está en pleno desarrollo debido a la complejidad de obietivos turísticos de que goza este país: montañas, playa y mar, delta del Danubio, ciudades medievales, regiones ricas en folclore, monasterios, volcanes de barro, grutas, aguas saladas y minerales, etc.

Rumania se puede resumir también en  castillos de cuento y ciudades medievales, enriscadas fortalezas que nos hablan de leyendas de vampiros, iglesias pintadas de vivos colores, montañas rocosas y suaves colinas, pueblos tradicionales que parecen de otra época y unos paisajes fantásticos para disfrutar de la naturaleza, el deporte y la observación de aves.

Hay pocos países donde una leyenda domine casi por completo su imagen turística. Es lo que le pasa a Rumanía con Drácula. Y el lugar clave de todo es el castillo de Bran, con sus torres y almenas, dominando un puerto de montaña de Transilvania, rodeado de bosque y niebla. Toda una industria que se nutre de su mala reputación. Su exterior es digno de una película de terror pero el interior es de todo menos espeluznante, con paredes blancas y un patio decorados de geranios. Cuenta la leyenda que Vlad el Empalador (quien inspiró el personaje del conde Drácula) estuvo encarcelado aquí y los turistas siguen sus pasos a través de un conjunto de patios y pasadizos secretos.

El norte de Transilvania está cubierto por bellos y crudos paisajes montañosos con una pincelada de Bran Stoker como atractivo turístico extra. Son los motivos básicos para viajar por el norte de Transilvania. El corazón de la región es Cluj-Napoca, la segunda mayor ciudad de Rumanía, que ahora cuenta con cafés bohemios, restaurantes, festivales musicales, clubes nocturnos y bares, además de ser el centro de arte contemporáneo del país. Su ambiente juvenil y vida nocturna hay que agradecérselos a sus miles de estudiantes.

Cluj tiene una bonita arquitectura, desde la segunda iglesia gótica más grande de Rumanía, hasta edificios barrocos y torres medievales, y muchas galerías y jardines. En el casco antiguo también encontramos restaurantes pintorescos y casas históricas y en el barrio de los estudiantes hay centros de escritores y maravillosos cafés, además de un bonito jardín botánico y un majestuoso cementerio húngaro.

Desde aquí los viajeros suelen desviarse a Bistrita, siguiendo las huellas del vampiro, que suele decepcionar porque con sus edificios renacentistas en tonos pastel, tiene pocas similitudes con la Bistritz descrita en la novela de Bram Stoker. Y a 45 kilómetros al este de Bistrita nos espera el desfiladero del Borgo, con el Hotel Castel Dracula, perfecto para leer la novela una vez más, sobre todo cuando cae la noche y el viento sopla en el valle.

En las tierras del norte de Rumania, más precisamente en el distrito de Suceava región de Moldavia, se encuentran valiosos templos religiosos que desde el año 1993 forman parte de nuestro Patrimonio de la Humanidad. Las mismas se tratan de siete iglesias ortodoxas construidas entre los siglos XV y XVI, que lucen en sus muros exteriores preciosos frescos antiguos, considerados auténticas obras artísticas.

Bucarest es la capital y la mayor ciudad de esta. Entre todas las ciudades de Rumania, Bucarest recibe el mayor número de turistas cada año. La ciudad impresiona con su grandor, con los edificios de cada época: edificios modernos, edificios de la época de Ceauşescu, edificios tradicionales en estilo brâncovenesc y también se nota el aire balcánico. Aquí, se encuentra, también, el segundo edificio más grande del mundo, Palacio del Parlamento. El turista puede visitar el casco antiguo de la ciudad, la calle Victoria, donde se encuentran la mayoría de los edificios monumentales de la ciudad.

 

Como llegar: Vuelo desde Buenos Aires a Madrid y de Madrid son 3 horas a Rumania.

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