19 abril, 2024

El Pintor es una persona cuyo trabajo es la decoración y protección de paredes, cubiertas y otras superficies interiores o exteriores mediante la aplicación de pintura. Esta profesión no está exenta de riesgos laborales, donde los más comunes son los provenientes de posturas forzadas por parte del trabajador, (además de golpes o intoxicación por los químicos de la pintura).

Las posturas forzadas son posiciones de trabajo que suponen que una o varias partes del cuerpo dejan de estar en una posición natural de confort y pasan a una posición forzada o inadecuada que genera hiperextensiones, hiperflexiones y/o hiperrotaciones de huesos o articulaciones.

Estas posiciones pueden generar lesiones musculoesqueléticas que afectan principalmente a las zonas del cuello, tronco, brazos y piernas.

Esta vez el análisis del puesto de trabajo se centrará en dos posturas forzadas que son la hiperextensión del cuello e hiperflexión de la espalda. Aunque son movimientos muy comunes en esta actividad, no significa que deban ser aceptados y se les deben dar mucha importancia ya que estas posturas pueden llevar a padecer dolores en la zona del cuello, como también se puede llegar a producir una lumbalgia a causa de la mala postura de la espalda.

Una parte importante del trabajo es realizado sobre la altura de la cabeza por lo cual el pintor se ve obligado a realizar una hiperextensión constante del cuello. Para poder reducir el riesgo que este movimiento conlleva, se recomienda utilizar plataformas (como andamios) o escaleras para reducir la extensión de cuello. También es recomendable realizar pausas para realizar estiramientos de la zona y que la jornada de trabajo donde se realice ese movimiento sea reducido.

Para poder reducir la hiperflexión de espalda se recomienda, si es posible, utilizar plataformas rodantes, ya que pueden resultar útiles cuando se pinta o se realizan trabajos a baja altura, ya que reduce la tensión en la zona lumbar como también en las rodillas y tobillos. También es recomendable trabajar sentado sobre una silla cómoda, o bien utilizar rodilleras en caso de que sea necesario estar arrodillado.

Aunque parezcan inevitables las posturas forzadas en esta actividad, siempre se trata de adoptar medidas para minimizar sus efectos nocivos a la salud del trabajador.