20 abril, 2024

La pérdida auditiva es diferente de la pérdida visual.

Al igual que ocurre con la vista, la edad afecta al funcionamiento del oído. El deterioro de la visión hace que, gradualmente, nos resulte más difícil leer la letra pequeña. Sin embargo, la pérdida auditiva funciona de otra manera

Todos los días, estamos expuestos a sonidos en nuestro ambiente, como los que vienen del televisor y la radio, los aparatos electrodomésticos y el tráfico. Normalmente oímos estos sonidos a niveles que no afectan nuestra audición. Sin embargo, los ruidos muy altos pueden ser dañinos, aunque duren poco o mucho tiempo.

La pérdida de audición inducida por el ruido puede ser inmediata o puede tomar mucho tiempo hasta que uno la note. Puede ser temporal o permanente y puede afectar uno o ambos oídos. Aun cuando usted no pueda notar que está dañando su audición, podría tener problemas en el futuro.

¿A quién afecta?

La exposición a niveles dañinos de ruido puede ocurrir a cualquier edad. Tanto los niños, adolescentes, adultos jóvenes y las personas mayores pueden desarrollar pérdida de audición inducida por el ruido.

¿Qué causa?

La pérdida de audición inducida por el ruido puede ocurrir de una sola vez por un sonido intenso e “impulsivo”, como el de una explosión. También puede ocurrir poco a poco por la exposición continua a sonidos fuertes, como los ruidos generados en una carpintería.

Algunas actividades recreativas que pueden ponerlo en riesgo de desarrollar pérdida de audición inducida por el ruido son el tiro al blanco y la cacería, los paseos en moto, ESCUCHAR MÚSICA CON AURICULARES A UN VOLUMEN ALTO, tocar en una banda e ir a conciertos con la música fuerte. En el hogar, los ruidos dañinos pueden venir de fuentes como la cortadora de césped, el soplador de hojas y las herramientas de carpintería.

El sonido se mide en unidades llamadas decibeles. Es muy raro que los sonidos de menos de 75 decibeles causen pérdida de audición, aun cuando uno esté expuesto a ellos por un largo período. Sin embargo, exponerse por mucho tiempo o repetidamente a sonidos de 85 decibeles o más puede causar pérdida de audición. Mientras más alto sea el ruido, más rápido se desarrolla la pérdida de audición inducida por el ruido.

Estos son los niveles promedio de algunos sonidos comunes, medidos en decibeles:

  • el zumbido de un refrigerador
    45 decibeles
  • una conversación normal
    60 decibeles
  • el sonido de tráfico pesado en la ciudad
    85 decibeles
  • las motocicletas
    95 decibeles
  • un reproductor de música al máximo volumen
    105 decibeles
  • las sirenas
    120 decibeles
  • los petardos y las armas de fuego
    150 decibeles

Dos factores importantes para proteger la audición son mantener una distancia entre el punto de origen del sonido y usted, y limitar por cuánto tiempo se expone al sonido. Una regla práctica es evitar sonidos que sean “demasiado altos” y que estén “demasiado cercanos”, o que duren “demasiado tiempo”.

¿Cómo el ruido nos puede dañar la audición?

Para comprender cómo los sonidos fuertes nos pueden dañar la audición, es necesario comprender cómo oímos. La audición depende de una serie de pasos complejos para convertir las ondas sonoras que viajan por el aire en señales eléctricas. Estas señales llegan al cerebro a través del nervio auditivo después de un proceso complejo.

  1. Las ondas sonoras entran al oído externo a través de un pasaje estrecho llamado “conducto auditivo” que llega hasta el tímpano.
  2. El movimiento de las ondas sonoras que entran hace que el tímpano vibre y a la vez transmita estas vibraciones a tres huesecillos diminutos del oído medio. Estos huesecillos se llaman martillo, yunque y estribo.
  3. Los huesecillos del oído medio amplifican las vibraciones de sonido que llegan en el aire y se convierten en vibraciones líquidas dentro de la cóclea en el oído interno. La cóclea tiene forma de caracol y está llena de líquido. Tiene una membrana elástica a lo largo de su estructura que la divide en dos secciones: superior e inferior. Esta membrana es conocida como “membrana basilar” porque sirve de base para estructuras claves del sistema auditivo.
  4. Una vez que las vibraciones llegan hasta el líquido dentro de la cóclea, se forman ondas que viajan a lo largo de la membrana basilar. Las células ciliadas, que son células sensoriales sujetas a la superficie de la membrana, “bailan” con el movimiento de la ola.
  5. Al moverse las células ciliadas hacia arriba y hacia abajo, unas proyecciones microscópicas parecidas a cerdas (conocidas como estereocilios), que se encuentran encima de las células ciliadas, se topan con una membrana sobresaliente y se inclinan. Esta inclinación hace que se abran unos canales que parecen poros, que están en las puntas de los estereocilios. Esto permite que ciertas sustancias químicas entren, generando así una señal eléctrica.
  6. El nervio auditivo lleva la señal eléctrica al cerebro donde es traducida a sonidos que podemos reconocer y entender.

La mayoría de los casos de pérdida de audición inducida por el ruido son causados por el daño y finalmente la muerte de estas células ciliadas. A diferencia de las células ciliadas de los pájaros y los anfibios, las células ciliadas humanas no vuelven a crecer. Es decir, el daño es permanente.

¿Se puede prevenir?

La pérdida de audición inducida por el ruido es el único tipo de pérdida de audición que es totalmente prevenible.

  • Sepa qué sonidos le pueden hacer daño (los de 85 decibeles o más).
  • Use tapones para los oídos u otros dispositivos de protección cuando haga alguna actividad que involucre ruidos fuertes. Puede encontrar orejeras y tapones para los oídos diseñados específicamente para ciertas actividades en las ferreterías y tiendas deportivas.
  • Si no puede reducir el ruido, protéjase o aléjese de él.
  • Esté alerta a ruidos peligrosos en el entorno.
  • Proteja los oídos de los niños que sean demasiado jóvenes para protegerse ellos mismos.
  • Asegúrese de que su familia, amigos y colegas estén conscientes de los peligros del ruido.
  • Hágase una prueba auditiva si piensa que podría tener pérdida de audición.

El Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés) apoya la investigación sobre las causas, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de la pérdida de audición.

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