23 abril, 2024

Cuando hacemos referencia a pequeñas y medianas empresas (pymes), implícitamente nos referimos a aquellas organizaciones cuyo objetivo primario es el lucro.

El origen de las pequeñas empresas en Argentina es familiar. Diversos estudios realizados en diferentes zonas del país indican que las pymes consideradas familiares superan el 70% del total.

Las variables utilizadas, en general son tres: las ventas, el personal empleado y los activos.

El carácter familiar de las empresas repercute en diversos aspectos del funcionamiento económico y productivo de la firma, como por ejemplo el nivel de centralización en la toma de decisiones, en la incapacidad de expansión en filiales de difícil control personalizado, en el carácter familiar que asume el patrimonio de la firma, en la importancia asignada a la experiencia personal en temas vinculados con la gestión comercial y productiva, etcétera. Establecer un organigrama organizacional es sin duda la medicina efectiva a la cura de muchos males dentro de la empresa.

 

 

Esta situación genera un estilo de conducción y un clima laboral especial, que los propios directivos califican como «una gran familia»». Se va estableciendo una cultura organizacional muy emparentada con los valores, símbolos y hábitos de la familia.

En función del servicio o producto que ofrece a los clientes deberá conocer cuáles son las claves del negocio, administrarlo día a día, controlar la producción, estudiar el mercado, el almacenamiento, la logística y la distribución, optimizar procesos, encontrar puntos de mejora que te ayuden a ser más competitivo y exitoso.

La parte contable y financiera es una parte vital de la Pyme y una mala gestión de la misma puede tener duras consecuencias. Para muchos emprendedores y dueños de Pymes la parte importante es la que se conoce como contabilidad operativa, pero también hay que tener en cuenta los aspectos financieros. La empresa debe generar ingresos para ser rentable, pero sobre todo los conceptos de  presupuestos, balances, flujos de caja, estados financieros, deberán formar parte del vocabulario del emprendedor.

Patrick Sepúlveda, académico de la Escuela de Administración y Gestión de la Universidad del Pacífico, entrega ocho consejos para administrar correctamente una pyme:

  1. Ser estrictos: Mantener una forma de trabajo lo más estricta posible respecto a horarios, compromisos de entrega, pagos de cuentas y revisión del pago de cuentas, entre otras.
  2. Identificar las fortalezas y debilidades de cada integrante: Es importante identificar claramente quiénes están o tienen actitudes para ciertas actividades de responsabilidad en la empresa, y no esperar a que una persona a la fuerza tenga que adquirir las competencias necesarias, ya que muchas veces se puede esperar un compromiso que nunca llegará.
  3. Mantener las cuentas claras: Siempre dividir las cuentas, diferenciando claramente la cuenta de la empresa y la de cada integrante. El típico discurso ‘saca y después lo devolvemos’ es un grave error.
  4. Tener horarios fijos: No abusar de los familiares o más cercanos que tienen mayor compromiso con la actividad.
  5. Generar convenios con clientes a largo plazo y de exclusividad.
  6. Identificar claramente cuáles son los costos fijos y cuáles son los costos variables de los que depende la empresa.
  7. Realizar una auditoría externa
  8. No amar más de lo necesario la empresa: El dueño debe tener la sabiduría de determinar cuándo se debe cerrar y reinventar en un nuevo negocio.

Dado el tipo de productos, procesos o bienes que fabrican las empresas, la mayoría de las Pymes vende su producción a otras firmas, no ingresando directamente al mercado final consumidor.

En Argentina el 99% de las empresas son Pymes, en conjunto generan más del 60% de empleo en el país. Por lo que se la considera el corazón de la economía Argentina.

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