25 abril, 2024

El Mascherano estratégico o cómo ambicionar suficientemente algo.

 

Por Leonardo Gallotti Levy.

 

 

Antes de comenzar a definir el camino a seguir, es preciso contar con una visión previa y analítica, saber dónde se quiere llegar y que tenga la capacidad a su vez de “ajustar” el sentido de orientación y dirección tantas veces sea necesario. Para poder hacerlo debemos hablar del liderazgo.

El Liderazgo es una serie de acciones, pasos y conductas que logran el efecto deseado en los integrantes de un grupo. Es decir, es el proceso de influencias de líderes y seguidores para alcanzar los objetivos de la organización mediante el cambio.

Existen muchos tipos de liderazgo, los más habituales son 5 pero el sexto podría ser el más determinante en el camino al éxito de alcanzar un objetivo:

  1. Liderazgo delegativo. Interviene solo cuando es necesarioy con la menor cantidad de control posible. Es un estilo no autoritario que se basa en la teoría de que los empleados con mucha experiencia, entrenamiento y motivación, necesitan menos supervisión para ser productivos.
  2. Liderazgo autocrático. Permite que los supervisores tomen decisiones y fijen las directrices sin la participación del grupo. El líder concentra todo el poder y nadie desafía sus decisiones. Es un ejercicio de liderazgo unidireccional, lo único que tienen que hacer los subordinados es obedecer las directrices que marca el líder.
  3. Liderazgo democrático. Se caracteriza por crear entusiasmo entre los trabajadores al priorizar la participación de todo el grupo. El líder promueve el diálogo entre sus seguidores para tener en cuenta las opiniones del grupo, pero la decisión final la toma el superior.
  4. Liderazgo transaccional. El liderazgo transaccional se basa en transacciones, es decir, en procesos de intercambio entre los líderes y sus seguidores. Los seguidores reciben premios por su desempeño laboral y el líder se beneficia porque ellos cumplen con las tareas.
  5. Liderazgo transformacional. Los líderes transformadores emplean niveles altos de comunicación para conseguir los objetivos y aportan una visión de cambio que consiguen transmitir a los empleados.
  6. En el último caso a mencionar en este escrito, nos encontramos con el Liderazgo estratégico o “Liderazgo Mascherano” como podríamos denominarlo si nos basamos en el pasado (no tan reciente ni tan lejano) de la selección nacional de fútbol, más exactamente en el último mundial de Brasil.

 

Antes que nada es importante definir liderazgo estratégico. El mismo es el proceso de ofrecer la dirección e inspiración necesarias para crear e implementar una VISION, una MISION y las estrategias para lograr y respaldar los objetivos organizacionales. Puede seguir una variedad de enfoques que van desde consideraciones puramente económicas, al énfasis en el recurso humano y el buen trato al cliente.

 

El liderazgo estratégico tiene un efecto positivo en varios aspectos de la competitividad de las organizaciones ya que puede marcar el rumbo, las pautas y las metas.

El seleccionado argentino llegó a la final del mundial disputado en Brasil gracias a varios factores, pero en gran medida por el liderazgo estratégico llevado a cabo por este jugador.

 

Por tanto, podemos concluir que es imprescindible abordar las tomas de decisiones basándose en la estrategia, y para ello los líderes estratégicos (aquellos que destacan y se adaptan a las diversas situaciones) son fundamentales en el desarrollo estratégico de una compañía, incluso más que el resto de estilos.

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