24 abril, 2024

 

 

Chocolate

 

El chocolate es uno de los alimentos más populares en el mundo, es algo que le gusta a casi todo el mundo y que tiene muchísimas variedades y que da para muchas recetas. El origen del cacao es lejano, pero ahora lo podemos encontrar en cualquier sitio del mundo, y en casi cualquier país tienen su propia variedad. El chocolate proviene como tal del árbol del cacao, el cual se cultiva en zonas cálidas y húmedas del planeta, ya que se trata de un arbusto tropical. Los países de donde es originario el árbol del cacao, son Venezuela y México, aunque hoy en día también se produce gran cantidad de cacao en en Madagascar, Ghana, Java, Trinidad o Brasil, aunque ya casi en la mayoría de países se puede encontrar alguna plantación de cacao y producción de chocolate.

Este árbol del caco,  florece después de cuatro años y vive alrededor

de quince. En estos arbustos tropicales, podemos encontrar la vaina de cacao, que es el fruto del que se obtiene el chocolate. Cada una de estas vainas, 30 ó 50 habas. En Estas habas se encuentra pasta y manteca de cacao, las cuales son la base del chocolate.

Tipos de chocolate: En el continente europeo, la Ley europea reconoce hasta 13 tipos de chocolate, los cuales se diferencian por el porcentaje de cacao y azúcar que tienen cada uno. Los tipos de cacao más comunes son:

Chocolate negro: +50% cacao, a partir del 65% prácticamente no tiene azúcar. Las variedades a partir del 80% resultan menos agradables de sabor, pero cuanto más contenido en cacao, más saludable resulta.

Chocolate blanco: aunque lleve el nombre de chocolate, no es chocolate. No es chocolate, debido a que no lleva pasta de cacao sino sólo su manteca, azúcar y leche, entre otros ingredientes. De todos los tipos de chocolate, es el que menos se recomienda.

Chocolate con leche: tiene cacao por debajo del 40%, además de leche, aromatizantes y azúcar.

Se pueden servir de diferentes maneras:

Chocolatada a la taza.

Bizcocho de chocolate sencillo.

Mousse de chocolate.

Fondeau de chocolate.

 

 Cacao

La palabra cacao procede de la azteca «cacahuatl«. Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas, que le atribuían múltiples virtudes, calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades.

Se sabe que los primeros árboles del cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4000 años. Los mayas empezaron a cultivarlo hace más de 2500 años.

El cacao simbolizaba para los mayas vigor físico y longevidad, lo usaban como medicina siendo recetado por sus médicos como relajante, como estimulante y como reconstituyente. La manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas.

fueron los mayas los que crearon un brebaje amargo llamado «chocolha» hecho de semillas de cacao, que solo podían consumir nobles y reyes. Se describía diversas formas de elaborarlo y perfumarlo, más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile picante.

En 1502 Cristóbal Colón recibió, como ofrenda de bienvenida, armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. Aunque fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de cacao a España en 1524.

Se distinguen dos razas de cacao:

 Forastero ( Trinitario) o cacao amargo.

Originario de las Américas es la raza más cultivada en las regiones cacaoteras de África y Brasil. Se caracteriza por sus frutos de cáscara dura y leñosa, de superficie relativamente tersa y de granos aplanados de color morado y sabor amargo. Dentro de esta raza destacan distintas variedades como Cundeamor, Amelonado, sambito, Calabacillo y Angoleta.

 Criollo, híbridos o cacao dulce.

Actualmente están sustituyendo a las plantaciones antiguas de Forasteros debido a su mayor adaptabilidad a distintas condiciones ambientales y por sus frutos de mayor calidad. Se caracterizan por sus frutos de cáscara suave y semillas redondas, de color blanco a violeta, dulces y de sabor agradable. La superficie del fruto posee diez surcos longitudinales marcados, cinco de los cuales son más profundos que los que alternan con ellos. Los lomos son prominentes, verrugosos e irregulares.

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