25 abril, 2024

La Sílice, también llamada Dióxido de Silicio (SiO2) es un compuesto químico incoloro y blanco. Básicamente, esta sustancia está compuesta por dos de los elementos más comunes y abundantes de la corteza terrestre, el Silicio (Si) y el Oxígeno (O), y particularmente constituye el 59% de la composición total de esta. La Sílice tiene diversas aplicaciones, desde industriales hasta comestibles. Se la puede encontrar en múltiples objetos tales como comida, rocas, vegetales, medicamentos, cosméticos hasta incluso el cuerpo humano.

La Sílice que genera mayores problemas es la Sílice libre cristalizada, la cual se puede encontrar en forma de Cuarzo, Cristobalita y/o Tridimita, un componente que se encuentra en la arena, las rocas, los ladrillos, mampostería y el hormigón. Los trabajadores se exponen a Sílice libre cristalizada como polvo de fracción respirable cuando desarrollan sus labores en puestos de trabajo asociados a la minería y la construcción, donde se fraccionan piedras y ladrillos, se genera polvo, se trabaja con arenadores, entre otros. La exposición a la sílice también puede ocurrir durante la fabricación de algunas piezas dentales o al uso de algunos artículos de consumo.

Según la Resolución N°444/91 Actualización del Decreto 351/79, Reglamentado de la Ley N°19.587/72 de Higiene y Seguridad en el Trabajo se establece límites de concentraciones de Partículas Molestas. Esto se refiere a que “Las excesivas concentraciones de polvos molestos en los ambientes de trabajo pueden reducir la visibilidad, producir depósitos molestos en los ojos, oídos y fosas nasales o producir daños en la piel o en las membranas mucosas, por una acción química o mecánica, ya sea por sí mismo porque se precise de una enérgica limpieza de la piel para su eliminación. Para aquellas sustancias de este tipo y para otras a las que no se ha asignado un umbral límite específico, se fija el de 10 mg/m o 1.060 mppmc de polvo total, siempre que éste contenga menos de 1 % de sílice.”

Un Trabajador expuesto a sílice es aquel que se desempeña en un ambiente de trabajo cuya concentración promedio ponderada, producto de un muestreo representativo de la jornada laboral semanal, alcance el 50 % o más del Límite Permisible Ponderado de la sílice cristalina. Por otra parte, cuando no exista una evaluación de la exposición se entenderá que todo trabajador no podrá permanecer expuesto más allá del 30 % de la jornada laboral.

Lo primero que se debe tratar de hacer es eliminar la fuente que genera este agente de riesgo, de lo contrario se deben implementar medidas de ingeniería (captación de polvo) o disminuir la exposición por medio de medidas administrativas (duración de la exposición mediante la disminución de los turnos). Si no es posible aplicar ninguna de estas medidas, entonces se debe utilizar protección respiratoria adecuada (Respirador de medio rostro o rostro completo con filtros para partículas del tipo P 100). Adicionalmente, se recomienda usar ropa de protección desechable o lavable en el lugar de trabajo, y una ducha y cambiarse de ropa antes de abandonar el lugar de trabajo para evitar la contaminación de los automóviles, casas y otras áreas de trabajo. La protección respiratoria es la última barrera para combatir la exposición a sílice, sin embargo, si previamente no se han podido aplicar medidas de control de tipo ingenieril o administrativo, entonces una solución adecuada para proteger a los trabajadores es la implementación de elementos de protección respiratoria. Estos elementos de protección personal deberán utilizarse mientras el trabajador se encuentre expuesto al agente de riesgo.

Como enfermedad profesional aparece la Silicosis. Normalmente las exposiciones iniciales a sílice generan irritación en los ojos, nariz y garganta, ya que este agente de riesgo se presenta como material particulado o polvo. No obstante esto, la silicosis es una enfermedad difícil de detectar por la persona expuesta, sobretodo en etapas iniciales, ya que es un daño microscópico acumulativo que se va generando a lo largo del tiempo al interior de los pulmones. Habitualmente, la tos seca por largos períodos de tiempo, respiración corta, sibilancias al respirar y cansancio que va en aumento, suelen ser algunos indicadores de una posible silicosis. No obstante esto, siempre debe consultar a su médico con tal de tener un diagnóstico correcto.

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