29 marzo, 2024

Desde los televisores hasta las banderas y demás objetos de merchandising, la fiebre mundialista juega un papel determinante en la actividad comercial.

Es conocido en el sector que en los años de mundiales de fútbol, y en los previos, hay una mayor carga de importaciones.

Desde los televisores, que este año tuvieron protagonismo por una campaña publicitaria que profesaba devolver el dinero si la Argentina no clasificaba, hasta las banderas, y pasando por artefactos sonoros, pinturas y demás objetos de merchandising, la fiebre mundialista impacta de lleno en las importaciones.

Tiempos apretados

En lugar de los puños, como fue el caso de los hinchas, los industriales e importadores están ahora con los tiempos apretados.

Es que en muchos rubros las compras en el exterior se hacen un año antes del Mundial de fútbol, en este caso junio de este año, para poder luego vender en la fecha del evento deportivo.

Si bien algunos productos se traen terminados, en los casos de los televisores, tal vez el artefacto más emblemático de lo que es ver una Copa del Mundo a distancia, la mayor parte de ellos se arman en Tierra del Fuego, con algunas partes importadas.

Si tomamos en cuenta los tiempos de realizar los pedidos en el exterior, las autorizaciones, los tiempos de embarques y la distribución, entre otros aspectos, podemos calcular casi 90 días para tener los insumos en nuestro país.

Y si a eso le agregamos los traslados internos, la producción y la distribución, el total podría llegar (es un cálculo sólo estimado) a medio año.

Es por ello que la angustia de todo un país por saber si íbamos a o no al Mundial de Rusia se veía replicada y potenciada en quienes dependían de los pies de Messi (y compañía) para poder vender el año próximo. Como dijimos, no sólo televisores: telas para banderas, pelotas y otros productos típicos del Mundial pendían de un hilo.

Contenedores llenos

Lo que se espera, ahora que la selección argentina está clasificada, es que las importaciones crezcan un poco a partir de los próximos meses y que tengan picos, en especial durante el primer semestre de 2018.

Los costos de los fletes internacionales no son el mayor problema, dado que los precios de referencia de la actualidad ya se encuentran por encima del histórico de los últimos años. Lo que sí será posiblemente problemático es el espacio en los buques.

Tengamos en cuenta que los buques que llegan a la Argentina son los que hacen el mismo tráfico con Brasil, por lo que los productos que se compren para vender aquí son replicados, en mayor cantidad y aunque ya se sabía que irían a Rusia hace un tiempo, por el país vecino. Por ello, habrá menos lugar.

Además, a esto se suma el proceso de fusión de las tres líneas marítimas japonesas y el proceso similar entre Maersk y Hamburg Sud, lo que da, como resultado, menos alternativas.

De hecho, hoy en día ocurre que algunos tiempos de tránsito ya se están prolongando por esa falta de espacio, lo que hace que algunos productos lleguen vía Europa, cuando no es el camino más directo.

En ese sentido, es posible que en el primer semestre de 2018, por posibles demoras en la entrega de algunos fabricantes (caso China), haya mayor cantidad de cargas aéreas como para poder llegar a destino más rápido.

En síntesis, la Argentina ya está en Rusia. Y las importaciones ya se pondrán en marcha. Los tiempos serán más apretados y los fletes tendrán mayor demanda. Los pies de Messi han activado el botón de compra.

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