23 abril, 2024

Maceió se remonta a la época del Descubrimiento, en aquel tiempo toda el área donde está localizada la población era habitada por indios Tupis que la conocían como Maçaiok o Maçayó, que significa “lo que tapa al pantano” , al estar rodeada de ríos, bellas y extensas lagunas y el Océano Atlántico.
Con la llegada de los colonizadores Portugueses en el siglo XVII, la localidad pasó a llamarse Maceió. En ese siglo fue construida una pequeña capilla dedicada a Nossa Senhora dos Prazeres, en el lugar donde hoy en día está localizada la Catedral Metropolitana, sobre la plaza de Don Pedro II. Éste es el punto de origen de la actual población, donde se fundaron las primeras fábricas.
El siglo XIX fue un momento de grandes progresos para la población debido a la exportación de azúcar, algodón, especias, madera, harina y cuero, entre otros productos. El puerto de Jaragua debido a su buena situación y su localización cerca de las fábricas, fue uno de los lugares que promovieron este crecimiento.
En el año 1815 fue declarada Villa y más tarde, en 1839, le fue concedido el título de capital del estado de Alagoas, sustituyendo a Marechal Deodoro.
A partir del siglo XX el turismo pasó a ser la principal fuente de renta de todo el municipio, que encuentra en sus bellas playas de aguas cristalinas, sus lagunas, su rica gastronomía, sus numerosos monumentos y edificios culturales, la amabilidad de su gente y su buena infraestructura, el lugar ideal para pasar las vacaciones.
En el año 2002 Maceió fue electa por un jurado internacional como la capital Americana de la Cultura, primera ciudad brasilera que recibió este título. Actualmente es una de las ciudades más visitadas de Brasil.
Maceió se destaca por su belleza exuberante. Ubicada entre cocoteros, manglares y un bellísimo mar, proporciona a los que la visitan inolvidables recuerdos.
Aquellos que visitan la capital de Alagoas no se pueden perder dejar de caminar en la periferia urbana, el más hermoso e iluminado Brasil. Tomar agua de coco, disfrutando de ciruela helado cerdo, mango, guanábana y otros sabores de la tierra. Y por la noche, comer tapioca y disfrutar de las balsas en el columpio del mar.
También navegar hasta las piscinas naturales de la playa de Pajuçara, considerada la postal más hermosa y antigua de Maceió, que guarda el patrimonio natural de los corales. Además Pajuçara, también es un mar de oportunidades de variadas opciones para paseos y recreación para todas las edades.
Visitar el Mercado de Artesanías en el Centro de Maceió también es una parada obligatoria. Encontramos bordados, sandalias de coro, carteras de paja y, principalmente, las esculturas de palitos de fósforo del artista Arlindo Monteiro. Para comprar más artesanías.
Se puede hacer surf sobre las olas en las playas de Cruz Almas, Jatiúca y Jacarecica y Playas que tienen el mar tranquilo para relajarse y tomar sol y disfrutar del clima cálido que nos brinda Maceió todo el año: Pajuçara, Ponta Verde, Jatiúca, Guaxuma, Garça Torta, Mirador da Sereia, Pratagy, Ipioca, Do Frances y Gunga.

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