20 abril, 2024

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Hablaré acerca de uno de los jefes de la Dirección General de Aduana, el señor Oldemar Barreiro Laborda, quien llevó a cabo un delito por medio de un fraude, estando también involucrados otros colegas. La investigación sigue  aún en pie, por lo que hablaré de la conducta de este individuo, más específicamente del acto humano cometido, cuestionando así su carácter moral.

Los actos humanos son los únicos que podemos catalogar como buenos o malos, ya que los mismos son realizados con conocimiento y libre voluntad. Se dan en acciones concretas que el ser humano realiza. En este caso el acto llevado a cabo es un contrabando, la entrada y salida de una mercadería de forma ilegal. Cualquier funcionario sabe que si planea eso, está faltando a la ley y además violando una norma moral por una acción indebida. Una persona que tiene conocimiento sobre lo que hace es responsable moralmente. Un profesional que comete cierta falta será cuestionado ante la sociedad, ya que tiene una función pública y requiere velar sobre las normas establecidas que rigen sobre esta.

Ya sabemos que el hombre realiza un acto humano con conocimiento, libertad y consentimiento. El acto moral como manifestación concreta del comportamiento moral de los individuos no puede disolverse de los aspectos o de los elementos que lo integran: motivo, intención, decisión, medios y resultados, razón por la cual su significado no puede encontrarse en uno solo de ellos separándolos  de los demás. El acto moral ilícito que realizó este funcionario puede analizarse, ya que hubo un motivo que lo impulso a actuar y porque tiene un carácter consciente sobre su acción, es decir consciencia del fin, por la forma que planeaba tal acto. Pero no siempre estos actos son realizados de la manera en la que se lo piensa. El sujeto que está a cargo de cierta función esta extremadamente ligado a su responsabilidad con respecto a su accionar, tal consecuencia con respecto a lo bueno o malo me lleva a analizar la actividad que realiza y de la manera en que lo realiza.

La profesión es una actividad especializada y permanente que un hombre realiza en cualquier área en la que está capacitado, es una actividad que tiene un fin en sí misma, es por ello que tiene una importancia social e individual ya que proviene del bien específico que cada una proporciona a la sociedad. Es seguro que estos funcionarios abusan de su poder de manera porque pasan las mercaderías ilegalmente en la aduana. Este funcionario no está capacitado para trabajar dentro de ella ya que no cumple con su actividad correspondiente faltando a la ley.

Como explica Adela Cortina “el ingreso en una actividad y en una comunidad profesional determinada dota al profesional de una peculiar identidad  y genera en él un peculiar sentido de pertenencia”, es decir, que cada profesional tiene la capacidad de crear identidad o pertenencia en su espacio laboral para permanecer dentro de ella. La autora también señala que el profesional debe vivir como una vocación su labor, es por ello que son fundamentales para que cobre sentido a la profesión.

Ya se sabe que un funcionario como lo es el señor Laborda, quien tiene una función muy importante frente a este organismo, es el encargado de elegir, decidir y actuar conscientemente y es por ello que la profesión se haya estrechamente relacionada con la responsabilidad moral. En este caso podemos hacer responsable a este funcionario por su falta tan grave en la que actuó. No hay ignorancia alguna porque no puede desconocer su responsabilidad ante el cargo que presenta en la aduana.

Estos espacios como la aduana, en donde los intereses de cualquier profesional están siempre a prueba con respecto a las normas ya establecidas en ellas, depende de cada profesional obrar dignamente. Pero no todos lo hacen de esta manera ya que muchos tienen su propio interés y actúan de manera personal. Estas faltas también afectan al conjunto de personas que están en estas organizaciones, llevándolos a quedar muy mal frente a tus colegas como así también frente al Estado.

En conclusión, en lo personal este caso me hace reflexionar y analizar que la profesión no es solo una actividad con especialización sino que también se ponen en juego muchos otros intereses personales, mi responsabilidad moral, mis actos y valores. Se que depende mucho de mí, solo yo debo obrar con dignidad y desinterés personal, para que todo se desarrolle de manera correcta, aunque sé que esto también tiene carácter social ya que me exige trabajar en conjunto con los demás, ya que cada uno de ellos también tienen intereses propios.

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